Vicente tiene ocho años. Cuando tenía dos y medio comenzó con extraños síntomas que terminó en el diagnóstico del Síndrome de Doosse, una enfermedad epiléptica de la infancia. Después de muchas pruebas, encontraron una leche terapéutica que logró estabilizarlo gracias al golpe de vitaminas que da este alimento. Desde ese día también lleva una dieta estatogénica de alto costo. El problema es el precio de la leche, todos los días consume 180 ml. Cada cajita cuesta $10.000, y al mes  consume  67. Ese gasto es impagable para su mamá, quien además de Vicente, tiene un hijo más pequeño. Ella es mamá soltera y vive de las antigüedades que vende, sin embargo, ahora con la pandemia las ventas han disminuido considerablemente. Queremos agradecer a todas las personas que hicieron su aporte a la causa de Vicente!